Antonio
Pozo Indiano
Los salvajes atentados en Sri
Lanka en la fiesta cristiana por excelencia -la Resurrección del Señor-
confirman el clima creciente de persecución, ya no solo de intolerancia y
discriminación, contra los católicos en los países del Tercer Mundo donde son
minoría. Los informes son significativos -solo en 2018, 4.000 cristianos
murieron en diversos atentados terroristas solo por su fe, según la ONG
«Puertas Abiertas»- y revelan el camino de aceptación del martirio que se
precisa en países como Pakistán, Sri Lanka, Nigeria o Egipto para quienes pretenden
ser fieles a las exigencias del bautismo sin huir de sus propias tierras.
A la espera de tener más datos sobre la
autoría de la cadena de ataques contra iglesias en Sri Lanka, las primeras
sospechas apuntan en dos direcciones. Los radicales budistas, que han
acrecentado sus provocaciones contra las minorías cristiana y musulmana (el 70
por ciento de la población de la isla es budista), como consecuencia del
aumento del sentimiento nacionalista e intolerante tras el fin de la guerra
civil (2009). Y los tamiles musulmanes del norte y este de la isla, que
perdieron el conflicto armado para proclamar la independencia pero no han
decaído en su fanatismo contra el resto de las religiones.
Como ocurre en países del Extremo Oriente
donde los musulmanes sí son mayoría, como Indonesia y Malasia, el
fundamentalismo islámico ha crecido en la isla de Sri Lanka en los últimos
años, a lomos de una lectura radical y literal del Corán que excluye al resto
de las religiones.
Aunque
muchos estudiosos siguen insistiendo en que el Corán predicó la tolerancia de
los nuevos musulmanes hacia los habitantes cristianos y judíos de la península
arábiga, la lectura integrista del libro inspirado a Mahoma es igualmente
"legítima" y moneda de curso corriente en todos los ambientes eruditos
del islam. Existen, sin duda, versículos del Corán que alaban a la llamada
Gente del Libro, pero son más abundantes los que instan a hacer la guerra a
cristianos y judíos. La aparente contradicción se explica -según algunos
eruditos- por razones cronológicas: las aleyas conciliadoras habrían sido
dictadas durante la era de La Meca, en la que Mahoma cultivó la amistad de
cristianos y judíos en su enfrentamiento con los politeístas; y las hostiles
serían las de su época en Medina, cuando el profeta se convirtió en líder
militar y predicó la difusión universal del islam.
Los salvajes atentados en Sri Lanka en
la fiesta cristiana por excelencia -la Resurrección del Señor- confirman el
clima creciente de persecución
Actualizado:21/04/2019
13:20h
DIARIO ABC
HEMEROTECA
DEL CONDE YNDIANO DE BALLABRIGA.
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