viernes, 31 de enero de 2020

Lo mejor de la Naturaleza para ti: La Calabaza






Antonio Pozo Indiano
La calabaza es uno de esos alimentos excepcionales a los que todavía no se ha hecho debida justicia. Es digestiva, deliciosa, de aspecto atractivo y está repleta de sustancias con efectos muy beneficiosos sobre la salud. Son méritos que justifican un uso frecuente, con diferentes preparaciones, en otoño e invierno.

Solo estamos comenzando a conocer las posibilidades culinarias y nutritivas de las calabazas, a pesar de que ya hace más de cinco siglos que los barcos que regresaban de América trajeron las primeras a Europa.

Al parecer, la planta calabacera, pariente botánica del melón, el calabacín, la sandía y el pepino, tuvo su origen en la zona entre Guatemala y México, donde hace unos diez mil años se consumían variedades silvestres que tenían poca pulpa y sabor amargo.

Pero los agricultores americanos fueron seleccionando las semillas hasta conseguir un alimento dulce y aromático. Se convirtió en un patrimonio tan esencial para los nativos que algunas tribus norteamericanas enterraban a sus muertos con calabazas, acaso como reserva de alimento y protección para el más allá.
En América existen calabazas de verano, que se consumen inmaduras, crudas, con piel y todo, pero las más populares, sobre todo entre nosotros, son las que se cosechan de septiembre a noviembre, cuando están completamente maduras y precisan de cocción.

Pertenecen a las familias Cucurbita maxima, C. moschata y C. mixta, y hay multitud de variedades de diferentes tamaños y colores –del amarillo al naranja, pasando por el rojo, el verde, el azul y el gris–. La mayoría pesa de 2 a 8 kg, en algunos casos sobrepasan los 35 kg y las gigantes que se llevan a concursos pueden llegar a los 600 kg.
Pese a la diversidad todas comparten algunas características. Poseen una cavidad donde se alojan las semillas, la pulpa es suavemente dulce con una textura firme, de grano fino y la piel es tan dura y aislante que permite conservarlas durante meses en un lugar fresco y seco.

Las más conocidas entre nosotros son las variedades de cidra, con forma de pera, de pulpa gelatinosa y de intenso color amarillo, y la confitera o de cabello de ángel.
Otras clases son la americana, la verde española, la de violín o cacachuete y la de cuello torcido.
En España, la mitad de las calabazas que se consumen proceden de las islas Canarias y Andalucía. También se cultivan en Valencia, Murcia y Cataluña, pero los grandes productores mundiales son China, India, Ucrania, Estados Unidos, Egipto y México.
Las calabazas, especialmente las variedades de otoño e invierno, proporcionan vitaminas y minerales esenciales sin aportar apenas calorías.
Esta hortaliza presenta una gran riqueza vitamínica, especialmente de betacaroteno o provitamina A y de las otras dos vitaminas antioxidantes, la C y la E.
También proporciona licopeno, el mismo pigmento antioxidante del tomate, y varias vitaminas del grupo B, (B2 y B6 y ácido fólico).
Entre sus minerales destacan el potasio, el fósforo, el magnesio, el hierro y el cinc. Aparte de poco calórica, es uno de los alimentos más medicinales de nuestra huerta.

Visión más aguda
El fuerte color naranja de las calabazas proviene de su riqueza de beta-caroteno, que se convierte en vitamina A en el cuerpo. La vitamina A es esencial para la salud de los ojos, y ayuda a que la retina absorba y procese la luz. Una sola taza de calabaza contiene más del 200% de la ingesta diaria de vitamina A recomendada para la mayoría de personas, lo que la convierte en una opción extraordinaria para la salud óptica.
La calabaza también contiene luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que se cree, ayudan a prevenir las cataratas e incluso podrían frenar el desarrollo de la degeneración macular.
Mejor inmunidad
¿Buscas una manera de protegerte de las enfermedades y mejorar tu sistema inmune? Prueba la calabaza. La gran cantidad de vitamina A que la fruta provee ayuda a tu cuerpo a combatir infecciones, virus y enfermedades infecciosas. El aceite de calabaza incluso ayuda a combatir varias infecciones ocasionadas por bacterias y hongos. Además, la calabaza cuenta con casi el 20% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C, lo que podría hacer que te recuperes de los resfriados más rápidamente.

                              Crestomatía del Conde Yndiano de Ballabriga


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