viernes, 22 de febrero de 2019

Si Francia no consume y Alemania no produce , la economía de la Eurozona “ se muere de hambre “.










Antonio Pozo Indiano
El 45% de la economía de la Eurozona (Alemania e Italia) están paralizadas
El gasto en consumo de las familias en Francia ha empezado a descender
España, que era la nota positiva, se enfrenta a la inestabilidad política
A pesar de los múltiples factores que amenazan con sumir al mundo en una nueva recesión, la Eurozona, que al principio estaba fuera de las quinielas, se está convirtiendo en uno de los mayores problemas para el crecimiento mundial. La zona euro ha podido pasar de víctima (de los problemas externos) a verdugo de la economía global. Puede que sean factores temporales, pero los datos muestran que Francia ha dejado de consumir y Alemania de producir, lo que deja a la economía euro en un lugar complicado.

Desde las instituciones europeas han estado culpando a la "débil demanda exterior" de la desaceleración de la actividad en la zona euro, pero lo cierto es que hoy los indicadores económicos europeos muestran problemas más graves que las amenazas externas. En unos simples gráficos se puede ver de forma nítida el mal momento por el que atraviesa la Eurozona, con dos de sus mayores economías estancadas o en recesión. 

La economía de Alemania representa más del 29% del conjunto de la Eurozona, mientras que la de Italia (en recesión técnica) es alrededor del 15,5%. Esto quiere decir que el 45% del Área Euro está prácticamente paralizada, mientras que el crecimiento de Francia (supone algo más del 20% del PIB) es lento y su consumo se encuentra cayendo. Sólo España (el 10,4% de la Eurozona) crece con solidez y encima ahora vuelve a enfrentarse a la incertidumbre política tras el 'no' a los Presupuestos.

La producción industrial en la Eurozona está cayendo al ritmo más rápido desde la crisis financiera y el deterioro de la demanda es evidente por la propia debilidad exterior a la que alude el Banco Central Europeo (BCE) y la caída de la confianza de consumidores y empresas dentro del euro. Estos problemas podrían provocar que la economía crezca menos de un 1% este año. 
El vuelco que dieron los mercados la semana pasada tras conocerse las nuevas previsiones económicas de la Comisión Europea muestran el miedo de los inversores a la desaceleración. Por países los recortes de mayor envergadura fueron sido para Italia, Alemania y Países Bajos.
Especialmente sangrante fue el de Italia que vio como su previsión de crecimiento bajaba del 1,2% al 0,2% en 2019, una previsión que condena al país a una prolongada de recesión. 
Los inversores se están percatando de estos problemas. El índice euro de Bloomberg está cerca de su nivel más bajo desde mediados de 2017. El alcance y la sorprendente rapidez del debilitamiento reflejan que la desaceleración está golpeando al núcleo de la región. Mientras países como Grecia estuvieron en el centro de desaceleraciones pasadas, esta vez son las perspectivas de Alemania las que se están desmoronando por los problemas de su corazón industrial, que se están prolongando mucho más de lo previsto.

El gasto de los hogares también se ha frenado en Francia, que sufre con las protestas de los chalecos amarillos. Juntos, ambos países representan cerca de la mitad de la economía de la zona euro.
"Si Francia deja de consumir y Alemania deja de producir, se genera un problema importante en la zona euro", comenta Ludovic Subran, economista jefe adjunto de Allianz en declaraciones a Bloomberg.
Los problemas no acaban ahí. Los rendimientos de los bonos italianos han comenzado a subir de nuevo en medio de dudas sobre la gestión fiscal, la salud de los bancos es cuestionable y el Brexit sigue sin resolverse. Las elecciones europeas de mayo podrían mostrar un fuerte avance de los partidos contrarios a la Unión Europea, algo que ya inquieta a algunas compañías, y a esto se suma el riesgo de elecciones anticipadas en España.

Los datos publicados el miércoles revelaron que la producción industrial cayó en diciembre respecto a noviembre, el doble de lo previsto. El descenso anual fue el más pronunciado desde 2009. Hoy se ha publicado que la economía de Alemania se ha quedado congelada y la Eurozona sólo ha creció un 0,2% en el cuarto trimestre de 2018.

El economista jefe de Deutsche Bank, David Folkerts-Landau, ha advertido este mes que "los riesgos a la baja han aumentado considerablemente en Europa". Desde la agencia Bloomberg se preguntan qué puede hacer el BCE si la situación continúa empeorando. Las herramientas disponibles son pocas y no gustan en todos los países, lo que complica la respuesta de Mario Draghi.
EL ECONOMISTA
15-2-2019
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